- ¿Ves, lo ves?
- No señor, lamentablemente no puedo apreciar la imagen que usted me describe.
- Vaya, es una pena hijo. El éxtasis del que te pierdes es inigualable.
-Perdone usted señor, pero me es imposible, y a toda persona normal también lo es, observar en el cielo un pequeño planeta donde habitan un niño, un carnero y una rosa. Lo siento me tengo que ir.
-¡Espera! (Y el hombre se arrodillo al tiempo que corrían caminillos de cristal por sus mejillas)
El niño lo abrazó.
- ¿No lo ves? no es posible; es cierto. Yo tampoco puedo, pero al menos quiero engañarme con ello, quiero pensar que él está bien, que cuida de su cordero y es feliz admirando a su rosa. Gracias hijo, ven, vayamos a pasear juntos un rato...
(Acto seguido ambos subieron a la avioneta del hombre y empezaron a perseguir la caída del sol hasta que se les acabó el combustible)
- No señor, lamentablemente no puedo apreciar la imagen que usted me describe.
- Vaya, es una pena hijo. El éxtasis del que te pierdes es inigualable.
-Perdone usted señor, pero me es imposible, y a toda persona normal también lo es, observar en el cielo un pequeño planeta donde habitan un niño, un carnero y una rosa. Lo siento me tengo que ir.
-¡Espera! (Y el hombre se arrodillo al tiempo que corrían caminillos de cristal por sus mejillas)
El niño lo abrazó.
- ¿No lo ves? no es posible; es cierto. Yo tampoco puedo, pero al menos quiero engañarme con ello, quiero pensar que él está bien, que cuida de su cordero y es feliz admirando a su rosa. Gracias hijo, ven, vayamos a pasear juntos un rato...
(Acto seguido ambos subieron a la avioneta del hombre y empezaron a perseguir la caída del sol hasta que se les acabó el combustible)
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