Pasa
al fondo, muy al fondo,
más allá de donde se proyecta la oscuridad del pasillo,
donde se adivina un punto de luz
se encuentra el jardín de mi pecho…
Dale, desmonta los enseres bajo los árboles de ahí,
despliega tu manta y sírvete de los frutos,
reparte los manjares que ahí voy.
Y no te olvides de limpiar, sacar la mala hierba…
Para cuando llegue has de tener el rostro de un sueño.
Carlo enrique
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