martes, 14 de junio de 2011

Danza sobre flores

Danza sobre flores


Mañana morirán los días, morirán de a pocos, uno por uno irán desfilando al cadalso, que sirve entre otras cosas de estrado escolar.


Esa sería una imagen que le daría al colegio donde cursé la secundaria, una institución pública ubicada en el distrito de San Juan de Lurigancho a la altura de la hacienda, en paralelo a la avenida que va hacia el centro de Lima. Es cierto, han pasado ya tres años desde aquel aniversario donde cargamos el anda de la virgen patrona y la hicimos bailar sobre la alfombra de flores que confeccionamos para la ocasión. En el estrado se ubicaba la profesora Jenny, la encargada del curso de educación religiosa, visiblemente alegre. Recuerdo que para entonces ya había sentido los efectos del alcohol, muchos de mis compañeros habrían estado ebrios totales en otras oportunidades, muchas más veces que yo pero a pesar que no había probado gota ese instante fue maravilloso, no creo haber tenido experiencia igual: el baile, los gritos, la música, el anda girando rápidamente... qué importaban las creencias metafísicas... era la unión bajo algo, creo, superior a nosotros. La noche se perfilaba ya, el incipiente invierno limeño se dejaba notar, aunque nuestra indumentaria no fuese la apropiada, todos estabamos en un éxtasis febril. Tres años, como ayer.

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